Agosto del año 2001, hablamos de hacer unas vacaciones por ahí y se planteó la idea de ir a Asturias. Nos apuntamos unos cuantos, Eugenio, Iván, “el novato” (mote puesto por Blas), su hermano Gonzalito, Dani y yo. El “novato” ese año estaba trabajando en Puerto Real de profesor, estuvo saliendo con nosotros y se apuntó. Salimos de Puerto Real, menos Dani que lo recogimos de noche a eso de las 4 de la mañana en su casa. Viajamos de noche, que sin aire acondicionado era mejor, y el tráfico también acompañaba.
En esa época no había móviles, llegamos una hora tarde pero allí estaba, esperando. “¡Joder tíos llevo aquí una hora!” , “¡qué quieres que hagamos cabeza!, estás descansado, ¿no? pues conduces tú”. Así es como fuimos en el Passat familiar de Iván hasta Llanes, pasando por Aguilar de Campó y por algunos pueblos más que por ahí aun no había autovía. Por el camino, charlando con él acerca de lo que estaba haciendo en verano en Madrid, basicamente era salir por ahí con los amigos; así que la idea de ir a Asturias, en un entorno más natural y menos de fiesta le parecía una magnífica idea.
La primera parada fue en Llanes, donde estuvimos haciendo excursiones por la tarde y saliendo a tomar algo por la noche. Al apostre fue la mejor parada que hicimos porque el pueblo estaba muy ambientado y pudimos hacer buenas excursiones. Con esa edad, salimos todos los días, así que de descanso nocturno ni mijita. Eso si, hicimos un par de excursiones por el monte, barranquismo y alguna visita por los pueblos de alrededor; vamos, que no paramos.
Después de una semana allí queríamos al país vasco, buscando algún sitio como Llanes pero en un sitio distinto. Nos pareció buena idea ir hasta Zarautz, “se supone que es un sitio con muy ambientado”. Cuando llegamos allí el camping no tenía buena pinta y Eugenio decía que eso estaba lleno de roñosos, así que después de habernos instalado dejamos el camping, y nos pusimos a pensar hacia donde ir. Dani nos dice de irnos a la sierra de Urbasa, que es un sitio que está bien y hay un camping. Son las 6 de la tarde, recogemos las tiendas y salimos de allí. Y llegamos al camping de Urbasa de noche. Finalmente nos dejan pasar al camping, con lo que arreglamos el entuerto.
Al día siguiente hicimos una excursión por el río y después nos fuimos a Vitoria, a visitar la ciudad. De noche estuvimos cenando en un restaurante chino. Pedimos demasiada comida, sin saber las cantidades que tenían los platos. Dani y yo estábamos al final de la mesa de 6 y cuando ya todo el mundo había terminado nosotros seguíamos comiendo. La cabecera de la mesa, cuando veía venir los platos decían no, no traigas más comida, pero el chino insistía en ponerla en la mesa y Dani y yo la reclamábamos desde el fondo de la mesa. Ya comíamos solo por escuchar al mosca y a Iván diciendo barbaridades acerca nuestra.
Después de las visitas obligadas, nos volvimos a Puerto Real, dejando a Dani en Madrid, que se libró de una vuelta hasta Puerto Real con mucho calor y un pinchazo de por medio.